Viernes 4 de agosto
Toca visitar San Vicente de la Barquera, huyendo un poco del calor y al aroma de las sardinas y las rabas.
Como no hemos encontrado apartamento nada más que desde el domingo en esta villa marinera y muy turística, ya que solo reservan en estas fechas por semanas completas, hemos reservado un hotel en Potes un par de noches. Que ganas de ver otra vez picos y subir a Fuente Dé con Dani, que subió de muy pequeño.
Salimos hacia Potes. Desde Madrid hay una distancia de 420 kilómetros, un paseíto de cuatro horas y media, más o menos. Paramos a comer en Rueda del Pisuerga, antes de Cervera de Pisuerga a 50 km de nuestro destino. El sitio era un mesón pegado a la misma carretera, llamado Tres Valles, la pinta del sitio y la carta tenían buen aspecto pero el resultado no fue muy bueno, pedimos de primero gazpacho y nunca he comido uno tan malo y tan raro, era como si lo hubieran hecho con tomate frito de bote o tomate natural de bote algo frito…, no lo tengo claro pero era sorprendente lo malo que estaba con lo fácil que es la receta del gazpacho, que con unos tomates y un poco más esta listo. Para olvidar. Sin embargo, los comentarios de este sitio son más que buenos. Igual hay que darle otra oportunidad (a ese gazpacho de ninguna manera).
En pocos kilómetros paramos en el mirador de Piedrasluengas. Espectacular. Tenía tanto sueño, que después de las vistas (que le habrán puesto a eso que llamaban gazpacho¡¡¡) que tengo que dar una cabezada para poder seguir camino. Bueno, en media horita listo para el último tramo.
Llegamos a Potes y nos resulta un poco difícil aparcar. Se nota la cantidad de gente que visita este pueblo. Pero hay mucha rotación de coches y al final sin problemas al lado de la oficina de turismo. Los siguientes días igual, parece que está todo muy lleno pero hay mucha rotación.
Los apartamentos se llaman “Sierra del Oso”, en la puerta contigua de una tienda de productos típicos de Cantabria y Liébana llamada igual y gestionada por los mismos dueños. Está supernuevo, cama muy grande y sofá cama. Muy bien aprovechado el espacio y con una zona común y terraza para todos los apartamentos que está muy bien. Además, en el mismo centro con vistas al centro, enfrente mismo del Torreón del Infantado. Tiene una puntuación de "fantástico" en Tripadvisor.
Dani llega un poco más tarde de Santander y damos una vuelta que ver Potes. Aunque lo parezca por la foto en Potes no hay buenas olas para hacer surf.
Cenamos en Bar El Trenti, he dejado una opinión en tripadvisor. Lo bueno de este sitio son las vistas, en alto al otro lado del río está genial. Sin embargo la comida no acompaña mucho, la ensaladilla bien pero las rabas duras duras, los quesos del país bien, pero en esto el cocinero no tiene mucho merito.
Sábado 5 de agosto
Madrugamos un montón para intentar subir a Fuente Dé, aunque está nublado y las previsiones no son nada halagüeñas. Desde que me levanto consulto la Webcam de la estación superior del teleférico y no está operativa. Mirando el cielo, las perspectivas no son nada buenas.
Nos acercamos hasta la estación del teleférico. Esta chispeando. Es tiempo es agradable, el olor a humedad nos reconforta y estimula pero… no nos permite subir. Dani se queda con las ganas, la anterior vez que subió tendría dos años. Subir para no ver nada no tiene sentido. Bueno, tenemos una escusa para volver otra vez por estos lugares. Aunque se puede aprovechar para dar unos paseos y contemplar hermosos ejemplares de arboles como el de la foto.
El teleférico de Fuente Dé está en pleno corazón de los Picos de Europa, en la zona de Cantabria. Salva un desnivel de 753 metros, situando al viajero en los 1.823 metros de altitud en tan sólo 4 minutos, a una velocidad de 10 metros por segundo. En la estación superior, llamada El Cable, hay un mirador brutal para admirar el valle y el paisaje de alta montaña que de repente se abre. El teleférico se abrió al público en 1966. Es el más largo teleférico de Europa con tramo único.
Toca visitar San Vicente de la Barquera, huyendo un poco del calor y al aroma de las sardinas y las rabas.
Como no hemos encontrado apartamento nada más que desde el domingo en esta villa marinera y muy turística, ya que solo reservan en estas fechas por semanas completas, hemos reservado un hotel en Potes un par de noches. Que ganas de ver otra vez picos y subir a Fuente Dé con Dani, que subió de muy pequeño.
FOTO ANTIGUA FUENTE DE
La última vez que estuvimos por esta zona fue coincidiendo con el día de padres del campamento Scout Alamos 260 en Camaleño, como el año xxxx. Allí hicimos algunas excursiones con Tito y Gladis, una de ellas la subida en el teleférico.Salimos hacia Potes. Desde Madrid hay una distancia de 420 kilómetros, un paseíto de cuatro horas y media, más o menos. Paramos a comer en Rueda del Pisuerga, antes de Cervera de Pisuerga a 50 km de nuestro destino. El sitio era un mesón pegado a la misma carretera, llamado Tres Valles, la pinta del sitio y la carta tenían buen aspecto pero el resultado no fue muy bueno, pedimos de primero gazpacho y nunca he comido uno tan malo y tan raro, era como si lo hubieran hecho con tomate frito de bote o tomate natural de bote algo frito…, no lo tengo claro pero era sorprendente lo malo que estaba con lo fácil que es la receta del gazpacho, que con unos tomates y un poco más esta listo. Para olvidar. Sin embargo, los comentarios de este sitio son más que buenos. Igual hay que darle otra oportunidad (a ese gazpacho de ninguna manera).
En pocos kilómetros paramos en el mirador de Piedrasluengas. Espectacular. Tenía tanto sueño, que después de las vistas (que le habrán puesto a eso que llamaban gazpacho¡¡¡) que tengo que dar una cabezada para poder seguir camino. Bueno, en media horita listo para el último tramo.
Llegamos a Potes y nos resulta un poco difícil aparcar. Se nota la cantidad de gente que visita este pueblo. Pero hay mucha rotación de coches y al final sin problemas al lado de la oficina de turismo. Los siguientes días igual, parece que está todo muy lleno pero hay mucha rotación.
Dani llega un poco más tarde de Santander y damos una vuelta que ver Potes. Aunque lo parezca por la foto en Potes no hay buenas olas para hacer surf.
Sábado 5 de agosto
Madrugamos un montón para intentar subir a Fuente Dé, aunque está nublado y las previsiones no son nada halagüeñas. Desde que me levanto consulto la Webcam de la estación superior del teleférico y no está operativa. Mirando el cielo, las perspectivas no son nada buenas.
Nos acercamos hasta la estación del teleférico. Esta chispeando. Es tiempo es agradable, el olor a humedad nos reconforta y estimula pero… no nos permite subir. Dani se queda con las ganas, la anterior vez que subió tendría dos años. Subir para no ver nada no tiene sentido. Bueno, tenemos una escusa para volver otra vez por estos lugares. Aunque se puede aprovechar para dar unos paseos y contemplar hermosos ejemplares de arboles como el de la foto.
FOTO ANTIGUA FUENTE DE
En esta página he encontrado unas cuantas fotos y datos interesantes, además de rutas. Llegando arriba por el teleférico se puede descender andando hacia los Puertos de Áliva y de allí puede seguirse, por los Invernales de Igüedri y Portillas del Boquejón, hasta Espinama. La ruta puede hacerse igualmente en sentido inverso, ascendiendo desde Espinama hasta El Cable. Está ruta de subida la hicimos en nuestra visita anterior, haciendo una estupenda parada en el Hotel-refugio Áliva para reponer fuerzas.
FOTO ANTIGUA SUBIDA A FUENTE DE
Visitamos Mogrovejo, pequeño pueblo declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto histórico en 1985. Anda por alrededor de 50 habitantes. Destaca la Torre de Mogrovejo construida a finales del siglo XIII.
La aldea merece la visita y un paseo entre sus casas y los senderos que la rodean. Tiene el sabor de un pueblo tradicional y sus casas parecen extraídas de un museo o de una pintura con el fondo de las paredes y cumbres de Picos de Europa. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Picos.
Desde la parte alta del pueblo hicimos parte de una ruta circular de tres horas.
Volvimos a tomar una cerveza en Peña Cortes, aquí pedimos un plato de anchoas con queso y pimientos que estaba delicioso, también nos decidimos a probar el borono, es morcilla de la zona acompañada de manzana asada. Un trozo está bien, incluso rico, más cansa y llena demasiado y las raciones son abundantes. He terminado tan harto que no creo que lo vuelva a probar en varios lustros. Este sitio es muy recomendable, no tienen mucha cocina pero se nota que lo que tienen esta tratado con mucho cuidado.
Un bonito pueblo que respira tranquilidad y buena comida. sitio ideal para hacer una parada. por cierto, visitamos un museo de la escuela, pequeño pero entretenido.
Comimos en el restaurante Los Molinos, en Los Llanos de Camaleño. Un sitio peculiar, el restaurante esta atendido por dos señoras muy atentas y eficaces, la barra y la brasa por un señor mayor con mucha pachorra. Estuvimos esperando más de media hora, junto con otras dos parejas mientras el restaurante se vaciaba y no preparaban las mesas. Una vez que nos sentamos fueron rápidos. El cocido montañés fuerte (no quedaba cocido lebaniego, que yo lo prefiero al montañés del que solo quedaba la sopa, y me la pedí claro). Luego un chuletón para compartir de casi 900 gramos que estaba buenísimo. La verdad es que después del borono estábamos a tope. Las valoraciones del restaurante son muy buenas. No me gusto la espera ni que no se pueda pagar con tarjeta. Es un sitio que conviene reservar.
Así que a visitar y bajar el borono, el chuletón y lo demás al Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Está al lado de Potes, como 3 kilómetros, incluso hay un paseo desde el pueblo para llegar. Esta visita es obligada, este año 2017 es año jubilar lebaniego. Este monasterio, junto con Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén son los lugares reconocidos de peregrinaje reconocidos por la Iglesia católica.
El monasterio tiene obras del Beato de Liébana (códices con unas ilustraciones que quitan el hipo) así como el Lignum Crucis, el trozo más grande conocido de la cruz donde murió Jesucristo (dicen), más incluso que el trozo que guardan en el Vaticano.
Esta reliquia corresponde al brazo izquierdo de la Cruz. En la Edad Media era común regalar un trozo de reliquia en pago de ciertos favores o algunos peregrinos robaban un trozo. Así, poco a poco, el brazo izquierdo de la cruz iba acortándose con el tiempo. Es por ello, que en un momento determinado, viendo los benedictinos que se quedarían sin reliquia, la serraron, la pusieron en forma de cruz (incrustada en un relicario en forma de cruz de plata dorada). En la actualidad queda al descubierto entero el agujero donde clavaron la mano de Cristo.
En la capilla donde se guarda un cura nos contó la historia de la reliquia y a continuación la saco para que la gente que quisiera la besara o tocara. La justificación de que se trata de la autentica es un análisis de la madera, que determinó que la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus sempervivens (osea un ciprés), tratándose de una especie autóctona de palestina y que data de aquella época. El ADN de esta reliquia ha servido para autentificar la procedencia y autenticidad de los otros fragmentos conservados en otras partes del mundo.
Como es Año Jubilar Lebaniego la Puerta del Perdón está abierta. El Monasterio, el entorno donde esta enclavado hacen de esta visita imprescindible. Hay un camino, llamado Camino Lebaniego que parte de San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio, atravesando los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camaleño. En esta página hay más información de este camino que pasa por unos parajes para no perderse. Es un camino bien señalizado y con albergues de peregrinos, además enlaza con el Camino de Santiago.
A pesar de las nubes y el día con tan poca visibilidad decidimos ir al Mirador de Cahecho, conocido como el Mirador de Liebana (aunque hay más de uno con este nombre). El mirador es muy grande, se nota que es muy visitado y es un pueblo bonito que merece una visita. Vimos más de una casa rural y una iglesia parroquial de principios del XVI muy interesante. Mientras chispeaba algunos lugareños echaban su partida a los bolos cántabros. Merece otra visita cuando haga mejor tiempo, sobre todo para usar como se merece el mirador. Y ya vuelta a Potes. Me apunto ver como se juega a estos bolos, que miro y me entero de nada.
Potes es una ciudad con muchos recursos, paseos, bares, restaurantes, terrazas.... y como no, tiendas de souvenirs, con ropa, cosas de comer y aguardientes y licores, muy típicos de la zona.
Domingo 6 de agosto
Salimos de Potes en dirección a San Vicente de la Barquera. Para seguir con la tradición del año santo liebaniego paramos al poco en la iglesia de Santa María de Lebeña. Se encuadra dentro del denominado «arte de repoblación» o mozárabe. Fue declarada Monumento Nacional en 1893. Las referencias más antiguas a esta iglesia son del año 925, casi nada.
Al lado de la iglesia, separado unos cinco metros se alza una torre que no forma parte de ella y es muy reciente (siglo XX), en la foto superior a la derecha casí tapada por los árboles. Al lado los escasos restos de un tejo milenario, que ya enfermo se vino abajo a causa de un temporal. Ahora, entre los escasos restos crece un pequeño ejemplar, un esqueje clonado del original en una universidad. Espero que viva tanto como en anterior, al menos.
Nos tiramos un rato esperando para entrar ya que en la puerta hay escritos unos horarios pero como si nada, así que a la media hora nos marchamos.
De Potes a San Vicente se atraviesa el desfiladero de la Hermida. Es un conjunto de angostas gargantas del macizo de Ándara que confluyen en la principal, formada por el cauce del río Deva, que discurre entre grandes paredes casi verticales calizas, algunas de más de 600 metros de altura. Sus 21 kilómetros de longitud hacen de este desfiladero el más largo de España.
De camino, y ya saliendo del desfiladero se pasa por poblaciones tan interesante como Panes y Unquera. La primera asturiana, la segunda cántabra. Unquera es una de las ciudades más elegantes del mundo donde aún las corbatas son su seña de identidad. La ruta Panes-Unquera es típica hacerla en canoa descendiendo el rio Deva. No tan conocida como el Sella pero divertida. Es más caudaloso y se hace la bajada muy fácil. Yo la hice con Daní, Diego, Mónica, Alberto y Rafa, hará 10 años, más o menos.
También son notables los atascos en este puente, y en todo el pueblo. Villa de tradición marinera, ahora es un centro turístico de primer orden, tiene playas, un centro histórico muy bien conservado, un importante puerto pesquero y es un buen punto de partida para recorrer la comarca, incluso acercarse hasta Asturias, Santander y picos de Europa.
Dani y yo como locos a hacer surf. En una foto estoy yo con mi traje de neopreno, se trata de un prototipo tecnológicamente super avanzado que permite hacer surf sin mojarse y totalmente de incógnito.
Se ha identificado San Vicente con el Portus Vereasueca de los romanos. En la Alta Edad Media, este territorio fue repoblado por Alfonso I a mediados del siglo VIII. Se alzó entonces el castillo, y alrededor de él fue creciendo la villa. El periodo de auge económico de San Vicente se desarrolla a partir de 1210. Fue la última de las «Cuatro Villas de la Costa»; Castro Urdiales (1163), Santander (1187), Laredo (1200) y la propia San Vicente de la Barquera. No obstante, a mediados del siglo XV entra en decadencia, por una serie de incendios y pestes. En el siglo XVI, el futuro rey Carlos I de España y V de Alemania visitó la villa cuando iba de camino a la meseta, para ser nombrado monarca. Con motivo de su visita le prepararon una corrida de toros. Tengo que comprobar si toreó Jesulín.
Subiendo hacia la parte alta, pasamos por la Puerta de Santander. Toda la ciudadela estaba amurallada, y se conservan algunos buenos restos. La muralla tenia puertas, la de Santander indica que era el lugar por donde accedían los que venían de esta ciudad o iban a ella. En la foto inferior vista desde la parte interior y en la siguiente la exterior.
Pegado a esta puerta la Torre del Preboste. En una primera época oficina de recaudación de impuestos y posteriormente cárcel. Ahora alberga exposiciones y actividades culturales.
Enfrente el Ayuntamiento, en un edificio del siglo XVI. Hacia la izquierda se pasa por el albergue de peregrinos y un poco más allá, las ruinas del Hospital de la Concepción o de Peregrinos. Entre los siglos XIV a XVI encontraban refugio y asistencia las caminantes.
La iglesia de Santa María de los Ángeles, fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931. Se encuentra en lo alto de un promontorio rocoso que domina toda la villa, lo que permite que sea visible desde lejos.
En la parte de los restos de la muralla que le es próxima, la llamada Puerta de los peregrinos, por donde salían los peregrinos a continuar hacia Santiago por estar esta villa dentro del Camino del Norte o de la Costa de las rutas jacobeas.
Se trata de uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura gótica en Cantabria. Su construcción se inició en el siglo XIII, prolongándose a lo largo de los siglos. El grueso principal de la iglesia quedará finalizado en el siglo XIV. A finales del siglo XIX pertenece la torre de campanas.
Del interior destaca la escultura renacentista, en la capilla funeraria de la familia Corro, el sepulcro renacentista del inquisidor Antonio del Corro, realizado en mármol. Es muy bonita, me recuerda al Doncel de Sigüenza. Según la Wikipedia, en San Vicente hay dos personajes ilustres o conocidos, uno este señor inquisidor, el otro David Bustamante. Sin comentarios, pero esto tienen que trabajarlo un poco.
Al extremo casi opuesto de la ciudadela o Puebla Vieja está el Castillo de San Vicente, conocido también como Castillo del Rey. Cerraban las taquillas a las 13:30 h y llegamos casi a las 14:00, así que nos quedamos sin entrar. Fue construido en 1210 por Alfonso VIII. Ahora alberga exposiciones y eventos culturales y un museo sobre la historias de la localidad.
San Vicente se divide en tres zonas principales. Una, la parte más central donde se concentra la mayor cantidad de bares y restaurantes y la zona monumental, se localiza entre los dos puentes. Otra, cruzando por el otro puente (no el del la maza), es más residencial, bien para dar un paseo y disfrutar de las vistas. La tercera, más alejada, y prácticamente enfrente, cruzando por el puente de la Maza como a un kilómetro.
Esta tercera es la zona de las playas. La playa del Tostadero, que da a la bahía, de aguas tranquilas ideal para hacer lo que dice su nombre, tostarse y la playa del Merón, playa de 3,5 kilómetros con varias zonas de baño, con dunas, llena de surferos. En esta zona hay apartamentos de temporada y un camping, bares y un supermercado.
Nuestro apartamento estaba en esta zona. Con vistas a la calle y al camping. Amplio y con una terraza impresionante. Con una pega, la terraza estaba siempre en sombra, ideal en verano pero estos días ha hecho fresco. Lo alquilamos en una agencia local, Inmobiliaria Paloma.
En esta zona hay un bar con terraza que es un vicio. Tiene unas vistas sobre la la bahía preciosas. Tiene una zona acristalada para disfrutarla también cuando el tiempo acompaña menos. Todos los días la cañita por la mañana o por la tarde, un ritual imprescindible. Se llama días de Surf (enlace google). Las mejores vistas de San Vicente.
El primer día comimos en uno de los restaurante que dan a la playa del Tostadero. Tienen menús a 15 €, todos los que hay en la zona, como 4 o 5, igual. La comida normal pero la terraza es agradable. Otras dos veces en San Vicente en el Mozucu, los precios bien y la calidad genial. Tienen mesas altas en la parte que da la calle, mesas normales en la parte que da a la bahía y zona interior con barra y mesas. Uno de los días con Daní y un amigo suyo surfero, Javi.
Dentro del termino municipal de San Vicente y compartido con otros municipios, hacia el Este, se encuentra el Parque Natural de Oyambre. Fue declarado Parque natural en 1988 , incluye los estuarios de la Ría de San Vicente, la Ría de la Rabia y entorno. Además de acantilados, zonas de praderías y bosques de frondosas autóctonas, se encuentran diversos sistemas dunares, que junto con los del Parque natural de las Dunas de Liencres son los más relevantes de la costa cantábrica.
Lunes 7 de agosto
El día 8 de agosto. Nos juntamos para subir al Alto de Carmona para recordar a mi suegro. En un mirador sobre el pueblo de Carmona, hace ya unos años, esparcimos sus cenizas según su deseo.
Carmona es un núcleo de población, perteneciente al Ayuntamiento de Cabuérniga. Situada en aguas vertientes al río Nansa, es un pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico, donde queda perfectamente reflejada la arquitectura típica de las casonas montañesas. Son tradicionales el ganado vacuno de raza tudanca y artesanía de madera, siendo especialmente típicas las albarca y la profesión de albarquero.
Para comer, es tradición comer en La Nogalea, un sitio que se come muy bien (los comentarios lo acreditan). Está en Ruente. Es uno de los tres municipios que forman el Valle de Cabuérniga, situado en la zona occidental de la comunidad, dentro de la Comarca de Saja-Nansa.
Para comer, como La Nogalea estaba cerrado, por ser lunes, comemos en Los molinos de Ruente (comentarios), a mi no me parecio nada del otro mundo, alguno que pidió cordero dijo que no estaba demasiado bueno.
El río que forma pasa por un característico puente de nueve ojos y poca altura que forma la más típica estampa de Ruente
Para tomar un cafetito después de la "marcha" por la Fuentona, han abierto un sitio que se llama La Oca en el Oceano, super chulo, arreglado con mimo y que a la vez es tienda de artículos de decoración. Tienen una carta deslumbrante de cafés, de gin tonics..., está en la carretera, una casa pintada de verde muy cerca del restaurante.
Para hacer paseos por los alrededores están las cascadas de Lamiña y el bosque de Ucieda. Se pueden buscar un buen número de rutas por esta zona, imprescindible esta por el Robledal de Ucieda en el Parque Natural de Saja y Besaya.
Además esta vez he aprendido una cosa nueva. El esplendor de Comillas viene de finales del siglo XIX y principios del XX. Esto fue favorecido por Antonio López y López, que emigro a Cuba a la edad de 14 años y volvió con treinta y tantos muy rico. Su poder financiero y su amistad con la Corona le valieron el título de primer marqués de Comillas, título que le otorgó Alfonso XII en 1882. Logró que el rey veraneara en ocasiones en Comillas y para agasajarlo, en 1881, instaló a lo largo de la villa 30 farolillos que debían iluminarse con su llegada. Este hecho determinó que Comillas se convirtiese en el primer pueblo de España con luz eléctrica en sus calles. El 6 de septiembre de 1981 se llegó a celebrar en la villa un Consejo de Ministros. Alfonso XIII también la visito, pero estableció su residencia de verano a Santander, en el Palacio de la Madalena.
La aldea merece la visita y un paseo entre sus casas y los senderos que la rodean. Tiene el sabor de un pueblo tradicional y sus casas parecen extraídas de un museo o de una pintura con el fondo de las paredes y cumbres de Picos de Europa. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Picos.
Desde la parte alta del pueblo hicimos parte de una ruta circular de tres horas.
Un bonito pueblo que respira tranquilidad y buena comida. sitio ideal para hacer una parada. por cierto, visitamos un museo de la escuela, pequeño pero entretenido.
Así que a visitar y bajar el borono, el chuletón y lo demás al Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Está al lado de Potes, como 3 kilómetros, incluso hay un paseo desde el pueblo para llegar. Esta visita es obligada, este año 2017 es año jubilar lebaniego. Este monasterio, junto con Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén son los lugares reconocidos de peregrinaje reconocidos por la Iglesia católica.
Esta reliquia corresponde al brazo izquierdo de la Cruz. En la Edad Media era común regalar un trozo de reliquia en pago de ciertos favores o algunos peregrinos robaban un trozo. Así, poco a poco, el brazo izquierdo de la cruz iba acortándose con el tiempo. Es por ello, que en un momento determinado, viendo los benedictinos que se quedarían sin reliquia, la serraron, la pusieron en forma de cruz (incrustada en un relicario en forma de cruz de plata dorada). En la actualidad queda al descubierto entero el agujero donde clavaron la mano de Cristo.
En la capilla donde se guarda un cura nos contó la historia de la reliquia y a continuación la saco para que la gente que quisiera la besara o tocara. La justificación de que se trata de la autentica es un análisis de la madera, que determinó que la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus sempervivens (osea un ciprés), tratándose de una especie autóctona de palestina y que data de aquella época. El ADN de esta reliquia ha servido para autentificar la procedencia y autenticidad de los otros fragmentos conservados en otras partes del mundo.
Como es Año Jubilar Lebaniego la Puerta del Perdón está abierta. El Monasterio, el entorno donde esta enclavado hacen de esta visita imprescindible. Hay un camino, llamado Camino Lebaniego que parte de San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio, atravesando los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camaleño. En esta página hay más información de este camino que pasa por unos parajes para no perderse. Es un camino bien señalizado y con albergues de peregrinos, además enlaza con el Camino de Santiago.
A pesar de las nubes y el día con tan poca visibilidad decidimos ir al Mirador de Cahecho, conocido como el Mirador de Liebana (aunque hay más de uno con este nombre). El mirador es muy grande, se nota que es muy visitado y es un pueblo bonito que merece una visita. Vimos más de una casa rural y una iglesia parroquial de principios del XVI muy interesante. Mientras chispeaba algunos lugareños echaban su partida a los bolos cántabros. Merece otra visita cuando haga mejor tiempo, sobre todo para usar como se merece el mirador. Y ya vuelta a Potes. Me apunto ver como se juega a estos bolos, que miro y me entero de nada.
Potes es una ciudad con muchos recursos, paseos, bares, restaurantes, terrazas.... y como no, tiendas de souvenirs, con ropa, cosas de comer y aguardientes y licores, muy típicos de la zona.
Domingo 6 de agosto
Salimos de Potes en dirección a San Vicente de la Barquera. Para seguir con la tradición del año santo liebaniego paramos al poco en la iglesia de Santa María de Lebeña. Se encuadra dentro del denominado «arte de repoblación» o mozárabe. Fue declarada Monumento Nacional en 1893. Las referencias más antiguas a esta iglesia son del año 925, casi nada.
Nos tiramos un rato esperando para entrar ya que en la puerta hay escritos unos horarios pero como si nada, así que a la media hora nos marchamos.
De Potes a San Vicente se atraviesa el desfiladero de la Hermida. Es un conjunto de angostas gargantas del macizo de Ándara que confluyen en la principal, formada por el cauce del río Deva, que discurre entre grandes paredes casi verticales calizas, algunas de más de 600 metros de altura. Sus 21 kilómetros de longitud hacen de este desfiladero el más largo de España.
FOTO ANTIGUA DESFILADERO
Es el único corredor de entrada desde la costa del Cantábrico a la comarca de Liébana, en Cantabria, al discurrir por él la estrecha carretera N-621. Toma su nombre de La Hermida, población cántabra que atraviesa. En esta población hay un conocido balneario que es una gozada, doy fe, con una piscina de agua termal en la se puede salir al exterior y darse un baño entre paredes de roca mientras llueve o hace frío, genial.De camino, y ya saliendo del desfiladero se pasa por poblaciones tan interesante como Panes y Unquera. La primera asturiana, la segunda cántabra. Unquera es una de las ciudades más elegantes del mundo donde aún las corbatas son su seña de identidad. La ruta Panes-Unquera es típica hacerla en canoa descendiendo el rio Deva. No tan conocida como el Sella pero divertida. Es más caudaloso y se hace la bajada muy fácil. Yo la hice con Daní, Diego, Mónica, Alberto y Rafa, hará 10 años, más o menos.
FOTO ANTIGUA DESCENSO DEVA
San Vicente de la Barquera forma parte de la Ruta Lebaniega, que enlaza el Camino de Santiago de la costa con el Camino Francés. Lo primero que llama la atención es el grandioso Puente de la Maza del siglo XV, construido sobre otro anterior de madera. Llego a contar con 32 arcos y era uno de los más grandes del reino.Subiendo hacia la parte alta, pasamos por la Puerta de Santander. Toda la ciudadela estaba amurallada, y se conservan algunos buenos restos. La muralla tenia puertas, la de Santander indica que era el lugar por donde accedían los que venían de esta ciudad o iban a ella. En la foto inferior vista desde la parte interior y en la siguiente la exterior.
Enfrente el Ayuntamiento, en un edificio del siglo XVI. Hacia la izquierda se pasa por el albergue de peregrinos y un poco más allá, las ruinas del Hospital de la Concepción o de Peregrinos. Entre los siglos XIV a XVI encontraban refugio y asistencia las caminantes.
La iglesia de Santa María de los Ángeles, fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931. Se encuentra en lo alto de un promontorio rocoso que domina toda la villa, lo que permite que sea visible desde lejos.
En la parte de los restos de la muralla que le es próxima, la llamada Puerta de los peregrinos, por donde salían los peregrinos a continuar hacia Santiago por estar esta villa dentro del Camino del Norte o de la Costa de las rutas jacobeas.
Del interior destaca la escultura renacentista, en la capilla funeraria de la familia Corro, el sepulcro renacentista del inquisidor Antonio del Corro, realizado en mármol. Es muy bonita, me recuerda al Doncel de Sigüenza. Según la Wikipedia, en San Vicente hay dos personajes ilustres o conocidos, uno este señor inquisidor, el otro David Bustamante. Sin comentarios, pero esto tienen que trabajarlo un poco.
San Vicente se divide en tres zonas principales. Una, la parte más central donde se concentra la mayor cantidad de bares y restaurantes y la zona monumental, se localiza entre los dos puentes. Otra, cruzando por el otro puente (no el del la maza), es más residencial, bien para dar un paseo y disfrutar de las vistas. La tercera, más alejada, y prácticamente enfrente, cruzando por el puente de la Maza como a un kilómetro.
Esta tercera es la zona de las playas. La playa del Tostadero, que da a la bahía, de aguas tranquilas ideal para hacer lo que dice su nombre, tostarse y la playa del Merón, playa de 3,5 kilómetros con varias zonas de baño, con dunas, llena de surferos. En esta zona hay apartamentos de temporada y un camping, bares y un supermercado.
En esta zona hay un bar con terraza que es un vicio. Tiene unas vistas sobre la la bahía preciosas. Tiene una zona acristalada para disfrutarla también cuando el tiempo acompaña menos. Todos los días la cañita por la mañana o por la tarde, un ritual imprescindible. Se llama días de Surf (enlace google). Las mejores vistas de San Vicente.
El primer día comimos en uno de los restaurante que dan a la playa del Tostadero. Tienen menús a 15 €, todos los que hay en la zona, como 4 o 5, igual. La comida normal pero la terraza es agradable. Otras dos veces en San Vicente en el Mozucu, los precios bien y la calidad genial. Tienen mesas altas en la parte que da la calle, mesas normales en la parte que da a la bahía y zona interior con barra y mesas. Uno de los días con Daní y un amigo suyo surfero, Javi.
Dentro del termino municipal de San Vicente y compartido con otros municipios, hacia el Este, se encuentra el Parque Natural de Oyambre. Fue declarado Parque natural en 1988 , incluye los estuarios de la Ría de San Vicente, la Ría de la Rabia y entorno. Además de acantilados, zonas de praderías y bosques de frondosas autóctonas, se encuentran diversos sistemas dunares, que junto con los del Parque natural de las Dunas de Liencres son los más relevantes de la costa cantábrica.
Lunes 7 de agosto
El día 8 de agosto. Nos juntamos para subir al Alto de Carmona para recordar a mi suegro. En un mirador sobre el pueblo de Carmona, hace ya unos años, esparcimos sus cenizas según su deseo.
Carmona es un núcleo de población, perteneciente al Ayuntamiento de Cabuérniga. Situada en aguas vertientes al río Nansa, es un pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico, donde queda perfectamente reflejada la arquitectura típica de las casonas montañesas. Son tradicionales el ganado vacuno de raza tudanca y artesanía de madera, siendo especialmente típicas las albarca y la profesión de albarquero.
Para comer, es tradición comer en La Nogalea, un sitio que se come muy bien (los comentarios lo acreditan). Está en Ruente. Es uno de los tres municipios que forman el Valle de Cabuérniga, situado en la zona occidental de la comunidad, dentro de la Comarca de Saja-Nansa.
Para comer, como La Nogalea estaba cerrado, por ser lunes, comemos en Los molinos de Ruente (comentarios), a mi no me parecio nada del otro mundo, alguno que pidió cordero dijo que no estaba demasiado bueno.
ALGUNA OTRA FOTO
Ruente está situado en una vega junto al nacimiento de La Fuentona. Es una surgencia natural de agua de interés geológico, debido a que de vez en cuando el agua deja de brotar por un tiempo que oscila entre media hora y cinco horas y aun no se conoce la causa. No tiene que ver que el tiempos ea húmedo o seco. Esto ha ayudado a crear un montón de leyendas al respecto. El entorno de la Fuentona es un parque muy cuidado apto para un paseito de tipo familiar bajando la comida. Tendrá un kilómetro como mucho, osea que no se baja ni el postre.El río que forma pasa por un característico puente de nueve ojos y poca altura que forma la más típica estampa de Ruente
Para tomar un cafetito después de la "marcha" por la Fuentona, han abierto un sitio que se llama La Oca en el Oceano, super chulo, arreglado con mimo y que a la vez es tienda de artículos de decoración. Tienen una carta deslumbrante de cafés, de gin tonics..., está en la carretera, una casa pintada de verde muy cerca del restaurante.
Para hacer paseos por los alrededores están las cascadas de Lamiña y el bosque de Ucieda. Se pueden buscar un buen número de rutas por esta zona, imprescindible esta por el Robledal de Ucieda en el Parque Natural de Saja y Besaya.
FOTO ANTIGUA UCIEDA
Al día siguiente a Comillas, habíamos estado hace poco, pero siempre merece una visita. Es una villa de aire muy señorial y aristocrático asentada sobre suaves colinas que prestan abrigo a su preciosa playa y su recogido puerto.Además esta vez he aprendido una cosa nueva. El esplendor de Comillas viene de finales del siglo XIX y principios del XX. Esto fue favorecido por Antonio López y López, que emigro a Cuba a la edad de 14 años y volvió con treinta y tantos muy rico. Su poder financiero y su amistad con la Corona le valieron el título de primer marqués de Comillas, título que le otorgó Alfonso XII en 1882. Logró que el rey veraneara en ocasiones en Comillas y para agasajarlo, en 1881, instaló a lo largo de la villa 30 farolillos que debían iluminarse con su llegada. Este hecho determinó que Comillas se convirtiese en el primer pueblo de España con luz eléctrica en sus calles. El 6 de septiembre de 1981 se llegó a celebrar en la villa un Consejo de Ministros. Alfonso XIII también la visito, pero estableció su residencia de verano a Santander, en el Palacio de la Madalena.
Otras cosas destacables son: el cementerio (ubicado sobre las ruinas de una iglesia del siglo XV) constituye uno de los símbolos más peculiares, presidido por la sobresaliente escultura modernista "El Angel". La arquitectura popular del siglo XVIII representada en la plaza vieja, la iglesia parroquial y algunas casas del centro de la villa. El palacio modernista de Antonio Gaudí, llamado "El Capricho". La Universidad Pontificia, de estilo neogótico con influencia mudéjar.
Al día siguiente de ruta, la Ruta Fluvial del Nansa. Es una ruta de 14 kilómetros ida y vuelta, aunque puede hacer el tramo que se quiera y volver. Aquí la ruta que hicimos este día en wikiloc. Es un paseo muy cómodo que discurre en su mayor parte por las viejas trochas que los pescadores han ido desbrozando a fuerza de uso, los tramos algo más complicados están acondicionados con pasarelas de madera y escaleras talladas en la propia roca con barandilla y todo.
Es un magnífico bosque de ribera formado por alisos, fresnos, sauces, espinos o laureles y, en los tramos en los que el sendero se despega de la orilla, bosques de encina.
En dos ocasiones hay desvíos por si el río está más alto y hace complicado su vadeo.
En esta ocasión no hizo falta, si cogimos uno de los desvíos para ver el cambio de paisaje y solo mereció la pena por ver a estos amigos.
Como la ruta va de Muñorrodero a Camijanes, eso dice el recorrido, la verdad es que llega hasta una central hidroeléctrica y una cascada y el primer restaurante está a tres kilómetros más. Llegamos sin comida y gracias a la cabaña de Javier, que está al final de la ruta, que aunque no tiene de comer, nos saco unos tomates de su huerta y un aperitivo con la cerveza que nos supo a gloria. Te quiero Javier.
Es un magnífico bosque de ribera formado por alisos, fresnos, sauces, espinos o laureles y, en los tramos en los que el sendero se despega de la orilla, bosques de encina.
En dos ocasiones hay desvíos por si el río está más alto y hace complicado su vadeo.
En esta ocasión no hizo falta, si cogimos uno de los desvíos para ver el cambio de paisaje y solo mereció la pena por ver a estos amigos.
También se puede hacer el camino solo de ida si se deja un coche en el aparcamiento al final de la ruta y cerca de la cabaña de Javier.
Son las rías más occidentales de Cantabria. Tina Mayor es la desembocadura del río Deva, lo que la convierte en frontera natural entre Cantabria y Asturias. Tina Menor, por su parte, es la desembocadura del río Nansa. las fotos superiores son de Tina Menor, las inferiores de Tina Mayor.
Intentamos cenar en Pechón, que se encuentra entre las dos rías, pero estaban en fiestas y después de dar dos vueltas intentando aparcar nos fuimos a San Vicente de cena de despedida da Dani que al día siguiente se iba a Zaragoza y nosotros a Galicia (pero eso será otro blog).
Cenamos en un restaurante de la zona de los soportales. Esta es la zona más turística, te ofrecen sentarte y te ofrecen mariscadas y parrilladas a precios irrisorios. Al ver las cartas, una vez sentado los precios son más altos, por esta incluye tal y tal. A mi estos juegos no me gustan. Nos sentamos en una llamada La taberna del Puerto, la verdad es que los comentarios no son nada buenos, sin embargo estuvo todo aceptable y comimos unas sardinas... que son probablemente las más ricas que he comido nunca.
De despedida el aroma de las primeras horas de la mañana en la bahía, pisando la arena virgen recién peinada... y el recuerdo de preciosas puestas de sol.
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