Para aprovechar y ver algo nuevo organizamos un pequeño circuito, vuelo a Bratislava, un par de noches para conocer esta ciudad, tren hasta Budapest, donde pasamos cinco noches y vuelta a Madrid. La parte de Bratislava, solo dos noches, esta contada en el post anterior.
Budapest está en una situación estratégica en Europa central, es fácil moverse entre esta ciudad y Bratislava, Praga y Viena. Así que dan muchas combinaciones y el tren y los autobuses funcionan muy bien y conectan perfectamente estas ciudades. No están tampoco demasiado lejos Cracovia y Zageb.
Miércoles 14 de junio
Llegamos a Budapest en autobús procedentes de Bratislava, tres horas de viaje, con un atasco a medio camino. Autobús cómodo y moderno. El viaje no se hace largo.En la estación de autobuses nos hacemos un lío y no somos capaces de encontrar el autobús que según google maps nos llevaba muy cerca del apartamento. Pregunté a un par de conductores en mi inglés macarrónico y logre nada más que gestos de espantar moscas. Al final optamos por el metro aunque tuvimos que hacer un transbordo. Días más tarde descubrí que era un tranvía lo que buscábamos y no un autobús. Afortunadamente la maquina para sacar los billetes tenia opción de idioma español y se podía pagar con tarjeta. Aún no habíamos cambiado moneda. Los tickets son los mismos para cualquier medio de transporte.
Nos bajamos en la estación Deak Ferenc Ter. Y desde esta el apartamento está a menos de cinco minutos. Nos encontramos con una ginkana curiosa. Primero hasta que dimos con la clave correcta en la puerta de calle, que me habían mandado por correo unas claves, pero luego había que saber como meterlas. Había que poner el número del apartamento la tecla de abrir y luego la clave, facil pero no entraba. Ya en la planta tuvimos que encontrar unas pequeñas cajas fuertes empotradas en la pared al lado del apto, con la clave, al abrir dentro estaba la llave del apto, por fin. Una vez pillado el truco era fácil pero nos costo un ratito, fue realmente una ginkana. Menos mal que era una buena hora, y fue hasta divertido, nos pilla cansados o de noche y nos acordamos de los parientes de alguien.
Dentro del patio hay un sitio para cambiar moneda, sin pensarlo cambiamos 100 euros allí mismo. Habíamos leído comentarios de que era de los mejores cambios de la ciudad y no miramos más.
Buscando un super para comprar algo de comer terminamos dando vueltas por lo que luego nos enteramos que era el barrio judío, una de las joyas de esta ciudad por varios motivos que luego contaré. Pasamos por lugares llenos de pubs, por la sinagoga..., en fin que nos entraron ganas de ponernos ya a hacer de turistas. Encontramos un pequeño super y llevamos la comida a casa, cosas para desayunar, fruta y cosas por si había que hacer alguna cena en casa. Descargamos y fuimos paseando hasta el Danubio, una primera toma de contacto con este soberbio río a su paso por Budapest.
En una terraza al lado del puente de las cadenas y pegadita al Danubio nos quedamos tomando una cerveza y admirando el panorama. Al final nos quedamos fríos y tuvimos que ir a casa para coger algo más de ropa, que gusto, sobre todo sabiendo que en Madrid estaban a 40 grados.
Después de otro paseo por detrás de la catedral de San Esteban, decidimos, por el cansancio, comprar unos trozos de pizza y cenar en casa y descansar para el día siguiente.
Jueves 15 de junio
El jueves, descansados a tope, decidimos dedicar la mañana a Buda. Andando desde Deak Ferenc Ter llegamos al Puente de las Cadenas y fuimos a las taquillas del teleférico.
Había cola de 20 minutos, afortunadamente, por que nos dio tiempo a repensarnos subir andando. La subida es muy cómoda, a medio camino un mirador invita a disfrutar de las vistas y del teleférico.
La llamada Colina de Buda, domina la ciudad y forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Arriba nos dirigimos al llamado Castillo. Es un edificio imponente, que ahora alberga la Galería Nacional Húngara, el Museo de Historia de Budapest o la Biblioteca Széchenyi. Aunque no es imprescindible la visita, teniendo tiempo no está de más.
La llamada Colina de Buda, domina la ciudad y forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Arriba nos dirigimos al llamado Castillo. Es un edificio imponente, que ahora alberga la Galería Nacional Húngara, el Museo de Historia de Budapest o la Biblioteca Széchenyi. Aunque no es imprescindible la visita, teniendo tiempo no está de más.
El Castillo de Buda o Palacio Real fue construido en el siglo XIV y durante la Segunda Guerra Mundial quedó casi en ruinas y fue reconstruido en un estilo neoclásico. Entramos por la entrada principal y nos encontramos con la Galería Nacional Húngara. Miramos a ver el tipo de pintura que tenía. Había wifi gratis y libre y aprovechamos para mandar unos guasaps. Como vimos que había arte moderno decidimos entrar. Todo pintores húngaros. Nos encanto la visita y en especial algunos pintores, como Ferenczy Karóly, Csók Istvan o Pal Szinyei, entre otros muchos.
La Galería Nacional de Hungría no es el Louvre o el Prado. Entre otras cosas porque se centra, prácticamente de forma exclusiva, en los pintores de origen húngaro. Pero eso también está bien, así conocimos pintores distintos. Casi todos, al menos de los que leímos la biografía, se habían formado en Francia a finales del XIX y principios de XX, que seria de la pintura contemporánea sin la época dorada del arte contemporáneo en París. Lo que no merece la pena es el edificio por dentro, se reconstruyo totalmente después de la guerra mundial y es diáfano y funcional habilitado para su función como museo.
El Parlamento de Budapest situado a orillas del Danubio. Es el edificio más famoso de la ciudad. con su estilo neo-gótico es espectacular por fuera y por dentro, con un interior decorado con mármol y oro que resulta increíble. Espectacular silueta a la orilla del Danubio
En el Parlamento sacamos entradas para las 17.15. Lo intentamos por Internet pero no funcionaba en la tablet así´que nos acercamos en persona. En las taquillas físicas solo venden para el mismo día. En temporada alta debe de ser complicado, lo mejor es sacarlas con antelación,´incluso antes del viaje. La visita al Parlamento solo se puede hacer en grupo guiado en el idioma elegido. Dentro de la entrada esta incluida la visita a al Museo de la Asamblea. Te dan un chisme de traducción en tu idioma. Es un autentico rollo. No merece la pena más´que dar una vuelta, ver algún vídeo antiguo y algún´ṕáńéĺ´ćóń´úń´ḿáṕá´que refleja la extensión´que llego a alcanzar Hungría, no da para más 15 minutos.
Enfrente justo del Parlamento otro edificio que merece la pena contemplar, la sede del Museo Etnográfico. En los jardines entre ambos el Kossuth Monument, dedicado a Lajos Kossuth.
Fuimos a comer al restaurante Hungarkum Bistro. Nos encantó. Aquí los comentarios en tripadvisor. Tal vez es un poco turístico pero lo disimula, las camareras simpatiquísimas y en una tablet puedes ver las fotos de los platos con la traducción. Muy recomendable.
En la Plaza de la Libertad estaba la feria de la cerveza y en la misma plaza la embajada americana, que destaca por las medidas de seguridad y el perímetro vallado.
A la hora elegida, entramos al Parlamento. La guía, en buen español nos contó las cosas más representativas. La brevedad y la gracia de la guía hicieron de esta una visita agradable. Desde el Parlamento está a un paso la Isla Margarita.
Al inicio hay una fuente espectacular, con música y luces, supongo que la estaban probando pero nos sentamos en un banco a disfrutar el espectáculo. Empezó a llover y tuvimos que refugiarnos bajo un árbol.
Vuelta en el tranvia 2 hasta el Puente de la Libertad. El mercado estaba cerrado pero admiramos el edificio y buscamos el pub Puder.
Es uno de los que salen en la página ruinpubs.com, aquí un artículo en El País. Los Ruin Pubs son locales nacidos en edificios abandonados (por eso lo de ruin). Están decorados a base de graffitis y objetos antiguos y viejos, de lo más diversos. Sea como sea, se han convertido en una atracción turística más de Budapest y han revitalizado el distrito VII, el barrio judío, hasta convertirlo en el más moderno y cool de la ciudad.
El Pub Puder es más formal y tranquilo que otros que comento más adelante, está decorado de forma multicolor y recargada pero acogedora. Los pubs en Budapest, como en otros sitios de Europa, no son como los españoles, locales de tarde/noche y de copas, en estos suelen estar abiertos todo el día y se puede comer en ellos.
Después de tomar una cerveza y de vuelta hacia el río pasamos por un pub que nos encantó aunque solo echamos una mirada. Otro día volveríamos. Pub For Sale (tripadvisor) está casi enfrente del Mercado Central, buenos precios y un menú es extenso y variado. Los platos de comida enormes. Lo más destacable del local es que todas sus paredes y techos están totalmente cubiertas por mensajes en papel que los visitantes han ido dejando. Parece que por las noches hay música en directo.
Ya en el Mercado Central, edificio de estilo Art Nouveau muy bonito, compramos unos tomates para el desayuno.
La parte de abajo mantiene los puestos de mercado tradicional, aunque algo contaminado por el turismo, pero la parte de arriba, en el primer piso son todo puestos de regalos y souvenirs típicos, huevos, cajas mágicas, adornos de navidad, camisetas, manteles.... Para comparar algún recuerdo a buen precio es el sitio indicado: a mi me espanto, pero la verdad es que resolvimos en poco tiempo y en un mismo sitio este tema. No es barato para lo que es pero luego comparando precios, las tiendas de souvenirs de fuera del mercado son más caras, sobre todo comparadas con la calle Vaci Utca.
Hay, en la planta de arriba una zona para comer, con puestos que están cocinando platos típicos, huele bien y tiene buena pinta, las criticas que he leído son buenas pero es muy estrecho e incomodo.
A la salida, sin dudar, tomamos un cervecita en el pub For Sale del que he hablado antes.
Vuelta hacia el centro por Váci Utca. Esta es una calle peatonal llena de tiendas y restaurantes que se ha convertido en la más popular de Budapest. A mi no me gusto, es la típica calle con tiendas de ropa y de souvenirs donde están las cadenas de cualquier ciudad, tipo Zara, H&M. Budapest, como Bratislava está llena de esculturas. Algunas incluso te llevan en su patinete.
En uno de los extremos se encuentra la Plaza Vorosmarty (aquí está la Pastelería Gerbeaud) llena de tiendas y bares, con mucha vida de día y de noche. En Navidad aquí tiene lugar un bonito navideño de mucha fama.
Fuimos a la Catedral de San Esteban y subimos a la torre en ascensor, hay que pagar pero cuando nos fuimos la taquilla estaba cerrada y el acceso era libre. Tienen unas vistas estupendas del centro de la ciudad que no hay que perderse. Después de la visita a San Esteban nos tomamos una pizza y una ensalada.
La Basílica de San Esteban es probablemente el lugar más sagrado para los húngaros, desde el punto de vista religioso. Es así, porque en San Esteban se encuentra custodiada la reliquia más importante del país. Es conocida como Santa Diestra, que no es más que la mano derecha de San Esteban, uno de los monarcas más importantes de la historia húngara y que fue quien trajo el cristianismo al país.
Hicimos una pequeña compra y la subimos al apartamento, después decidimos ir de pubs por el barrio judío, en algunos tomamos algo en otros solo echar una mirada. Entramos entre otros en el Fogas ház, el Mazel Tov, este con una con una decoración cuidada y moderna.
Y sobre todo, nos gustó el Szimpla Kert, este ocupa todo un edificio que tiene la fachada muy deteriorada, por dentro diferentes ambientes en un rollo muy underground. Tiene terraza al aire libre y mesas en lo que eran las distintas habitaciones de la casa. Si me tengo que quedar con alguno me quedo con este. Al día siguiente volveríamos...
Otro sitio en el barrio judío por el que pasamos varias veces es el Gozsdu Udvar. La primera ver impresiona. Es una galería que cruza siete edificios que conecta dos calles muy céntricas, Kiraly utca con Dob utca, a un tiro de piedra de Deák tér. Toda la galería es, puerta con puerta, bares, restaurantes y pubs, parece interminable. Parece que los edificios ahora son apartamentos turísticos de bajo coste para turistas jóvenes con ganas de trasnochar.
En una terraza al lado del Castillo, que tiene sombra y unas vistas estupendas, nos tomamos una cerveza. Sin duda uno de los sitios más´ćáŕóś´de Budapest, creo que recordar que 4 o 5 euros cada cerveza, pero mereció la pena. Desde allí, paseando a la Iglesia de Matías.
Iglesia de Matías. Es difícil saber si esta iglesia neogótica es más bonita por fuera o por dentro. Por fuera destaca la torre y los azulejos de su tejado, dentro disfrutamos una preciosa nave llena de nervaduras góticas, totalmente decoradas, y con unos ventanales y unos murales realmente bonitos. La visita es una de las imprescindibles de Budapest. El germen de la iglesia se remonta 500 años atrás, pero lo que realmente podemos ver y apreciar es una iglesia de finales del siglo XIX. Es conocida como la Iglesia de Matías aunque en realidad la iglesia está consagrada a la Virgen y si recibe el nombre de iglesia de Matías (y no San Matías) es porque en ella se casó uno de los mitos magiares: Matías Corvino.
Con el hambre ya acechando, en la calle Országház 3, en una terraza agradable tomamos en la pizzeria Osbundavar unas pizzas y ensalada. Muy agradable la terraza, tranquila y la comida rica. El paseo por las calles de la colina de Buda es muy agradable, es una zona muy tranquila y residencial, nada que ver con la vecina Pest.
Volvimos al palacio a dar otra vuelta a los jardines para encontrar la Fuente Matías. Es una fuente muy monumental y estilo neo-barroco. Se la conoce, también, como La Fontana de Trevi de Budapest. La localizamos en la parte de atrás del palacio.
Desde aquí de nuevo hacia la Iglesia Matías y el Bastion de los Pescadores. No merece la pena pagar la entrada al bastión. cuando cierran la taquilla abren y el acceso es libre, y en cualquier caso las vistas desde abajo, y desde la cafetería son iguales. Pero bueno, tampoco es caro y se esta muy a gusto. Tomando un helado y contemplando el Danubio y las vistas es un sitio privilegiado, pagando o sin pagar) así´que dejamos tranquilamente que cayera la noche para ver Budapest iluminado.
El Bastión de los Pescadores es de principios del siglo XX, aunque en principio parece mucho más antiguo. Fue diseñado por el mismo arquitecto que la iglesia de Matías. Es otro de los hitos clave de las cosas imprescindibles que ver en Budapest.
Iglesia de Matías. Es difícil saber si esta iglesia neogótica es más bonita por fuera o por dentro. Por fuera destaca la torre y los azulejos de su tejado, dentro disfrutamos una preciosa nave llena de nervaduras góticas, totalmente decoradas, y con unos ventanales y unos murales realmente bonitos. La visita es una de las imprescindibles de Budapest. El germen de la iglesia se remonta 500 años atrás, pero lo que realmente podemos ver y apreciar es una iglesia de finales del siglo XIX. Es conocida como la Iglesia de Matías aunque en realidad la iglesia está consagrada a la Virgen y si recibe el nombre de iglesia de Matías (y no San Matías) es porque en ella se casó uno de los mitos magiares: Matías Corvino.
Volvimos al palacio a dar otra vuelta a los jardines para encontrar la Fuente Matías. Es una fuente muy monumental y estilo neo-barroco. Se la conoce, también, como La Fontana de Trevi de Budapest. La localizamos en la parte de atrás del palacio.
Desde aquí de nuevo hacia la Iglesia Matías y el Bastion de los Pescadores. No merece la pena pagar la entrada al bastión. cuando cierran la taquilla abren y el acceso es libre, y en cualquier caso las vistas desde abajo, y desde la cafetería son iguales. Pero bueno, tampoco es caro y se esta muy a gusto. Tomando un helado y contemplando el Danubio y las vistas es un sitio privilegiado, pagando o sin pagar) así´que dejamos tranquilamente que cayera la noche para ver Budapest iluminado.
Por fin, regresamos por el mismo puente hasta la plaza de la Catedral de San Esteban donde tomamos en una terraza en el 0,75 Gastro Bar, Szent István tér 6, es la plaza justo delante de la Catedral. Esta terraza es muy agradable, con vistas a la Catedral y a la sombra. A cenar y descansar a casa.
Viernes 16 de junio
Toca ir al Parlamento. Tal vez el edificio más´emblemático de Budapest. Vamos hasta el río y cogemos el tranvía 2. Es una gozada, recorre el río por la orilla de Pest de inicio a fin, hasta el Puente Margit Hit donde termina.El Parlamento de Budapest situado a orillas del Danubio. Es el edificio más famoso de la ciudad. con su estilo neo-gótico es espectacular por fuera y por dentro, con un interior decorado con mármol y oro que resulta increíble. Espectacular silueta a la orilla del Danubio
De casualidad asistimos al cambio de guardia, parece que es cada hora, es curioso y tiene un toque gracioso. La presencia de turistas no es mucha, así que se puede ver bien.
Su tesoro más importante es la corona de San Esteban en la Sala de la Cúpula, aunque también destaca su escalera principal y la Antigua Cámara Alta. La visita guiada dura unos 45 minutos y resulta imprescindible para entender la historia y muchas de las curiosidades del lugar. A la hora entramos al Parlamento.
Los mejores vistas del Parlamento se obtienen desde un crucero por el Danubio, desde el mirador del Bastión de los Pescadores o desde la orilla de Buda, desde donde las vistas resultan realmente maravillosas. Otro de los momentos imprescindibles es cuando cae la noche, momento en que la ciudad adquiere un aspecto espectacular.
En el Parlamento sacamos entradas para las 17.15. Lo intentamos por Internet pero no funcionaba en la tablet así´que nos acercamos en persona. En las taquillas físicas solo venden para el mismo día. En temporada alta debe de ser complicado, lo mejor es sacarlas con antelación,´incluso antes del viaje. La visita al Parlamento solo se puede hacer en grupo guiado en el idioma elegido. Dentro de la entrada esta incluida la visita a al Museo de la Asamblea. Te dan un chisme de traducción en tu idioma. Es un autentico rollo. No merece la pena más´que dar una vuelta, ver algún vídeo antiguo y algún´ṕáńéĺ´ćóń´úń´ḿáṕá´que refleja la extensión´que llego a alcanzar Hungría, no da para más 15 minutos.
Enfrente justo del Parlamento otro edificio que merece la pena contemplar, la sede del Museo Etnográfico. En los jardines entre ambos el Kossuth Monument, dedicado a Lajos Kossuth.
En la Plaza de la Libertad estaba la feria de la cerveza y en la misma plaza la embajada americana, que destaca por las medidas de seguridad y el perímetro vallado.
A la hora elegida, entramos al Parlamento. La guía, en buen español nos contó las cosas más representativas. La brevedad y la gracia de la guía hicieron de esta una visita agradable. Desde el Parlamento está a un paso la Isla Margarita.
Vuelta en el tranvia 2 hasta el Puente de la Libertad. El mercado estaba cerrado pero admiramos el edificio y buscamos el pub Puder.
Es uno de los que salen en la página ruinpubs.com, aquí un artículo en El País. Los Ruin Pubs son locales nacidos en edificios abandonados (por eso lo de ruin). Están decorados a base de graffitis y objetos antiguos y viejos, de lo más diversos. Sea como sea, se han convertido en una atracción turística más de Budapest y han revitalizado el distrito VII, el barrio judío, hasta convertirlo en el más moderno y cool de la ciudad.
El Pub Puder es más formal y tranquilo que otros que comento más adelante, está decorado de forma multicolor y recargada pero acogedora. Los pubs en Budapest, como en otros sitios de Europa, no son como los españoles, locales de tarde/noche y de copas, en estos suelen estar abiertos todo el día y se puede comer en ellos.
Después de tomar una cerveza y de vuelta hacia el río pasamos por un pub que nos encantó aunque solo echamos una mirada. Otro día volveríamos. Pub For Sale (tripadvisor) está casi enfrente del Mercado Central, buenos precios y un menú es extenso y variado. Los platos de comida enormes. Lo más destacable del local es que todas sus paredes y techos están totalmente cubiertas por mensajes en papel que los visitantes han ido dejando. Parece que por las noches hay música en directo.
Sábado 17 de junio
De camino al mercado pasamos por el Café Central, es uno de los cafés clásicos de Budapest, junto con la Pastelería Gerbeaud y el New York café los mas conocidos. El café central El Central Café no es sólo una cafetería ya que, al igual que los anteriores, ha sido lugar de encuentro de artistas, poetas y escritores del siglo pasado. En la época comunista el local estuvo cerrado pero en 1989 reabrió al público. Es algo más económico que los otros dos.
El Puente de la Libertad (Szabadság hid) está pintado de verde, se inauguró en 1896 con 333 metros de largo. Igualmente precioso, continua la moda de las estructuras de hierro de la época. A través del puente de la Libertad podréis acceder al monte Gellért en el lado de Buda y al Mercado Central en el lado de Pest. Justo nada más cruzar a Buda, a la izquierda están el famoso Balneario Gellért.
La parte de abajo mantiene los puestos de mercado tradicional, aunque algo contaminado por el turismo, pero la parte de arriba, en el primer piso son todo puestos de regalos y souvenirs típicos, huevos, cajas mágicas, adornos de navidad, camisetas, manteles.... Para comparar algún recuerdo a buen precio es el sitio indicado: a mi me espanto, pero la verdad es que resolvimos en poco tiempo y en un mismo sitio este tema. No es barato para lo que es pero luego comparando precios, las tiendas de souvenirs de fuera del mercado son más caras, sobre todo comparadas con la calle Vaci Utca.
Hay, en la planta de arriba una zona para comer, con puestos que están cocinando platos típicos, huele bien y tiene buena pinta, las criticas que he leído son buenas pero es muy estrecho e incomodo.
A la salida, sin dudar, tomamos un cervecita en el pub For Sale del que he hablado antes.
Vuelta hacia el centro por Váci Utca. Esta es una calle peatonal llena de tiendas y restaurantes que se ha convertido en la más popular de Budapest. A mi no me gusto, es la típica calle con tiendas de ropa y de souvenirs donde están las cadenas de cualquier ciudad, tipo Zara, H&M. Budapest, como Bratislava está llena de esculturas. Algunas incluso te llevan en su patinete.
En uno de los extremos se encuentra la Plaza Vorosmarty (aquí está la Pastelería Gerbeaud) llena de tiendas y bares, con mucha vida de día y de noche. En Navidad aquí tiene lugar un bonito navideño de mucha fama.
Fuimos a la Catedral de San Esteban y subimos a la torre en ascensor, hay que pagar pero cuando nos fuimos la taquilla estaba cerrada y el acceso era libre. Tienen unas vistas estupendas del centro de la ciudad que no hay que perderse. Después de la visita a San Esteban nos tomamos una pizza y una ensalada.
La Basílica de San Esteban es probablemente el lugar más sagrado para los húngaros, desde el punto de vista religioso. Es así, porque en San Esteban se encuentra custodiada la reliquia más importante del país. Es conocida como Santa Diestra, que no es más que la mano derecha de San Esteban, uno de los monarcas más importantes de la historia húngara y que fue quien trajo el cristianismo al país.
Hicimos una pequeña compra y la subimos al apartamento, después decidimos ir de pubs por el barrio judío, en algunos tomamos algo en otros solo echar una mirada. Entramos entre otros en el Fogas ház, el Mazel Tov, este con una con una decoración cuidada y moderna.
Y sobre todo, nos gustó el Szimpla Kert, este ocupa todo un edificio que tiene la fachada muy deteriorada, por dentro diferentes ambientes en un rollo muy underground. Tiene terraza al aire libre y mesas en lo que eran las distintas habitaciones de la casa. Si me tengo que quedar con alguno me quedo con este. Al día siguiente volveríamos...
Domingo 18 de junio
Vamos a visitar la Gran Sinagoga. A la fuerza hay que hacer la visita guiada y merece la pena. Es una Sinagoga atípica. Hubo un momento en que en Budapest se concentraba una de las poblaciones judías más importantes del mundo. Es por eso que no es extraño que en esta ciudad se edificara la Sinagoga más grande de Europa y segunda del mundo después de la de Nueva York. Es curioso que ni siquiera en Israel haya una tan grande.
La sinagoga se encuentra en el antiguo barrio judío que se convirtió en gueto a partir de marzo de 1944, cuando a menos de un año de terminar la Segunda Guerra Mundial la población judía fue confinada en esta zona. Muchos de aquellos judíos fueron deportados a los campos de concentración y otra buena parte murieron en el gueto en aquellos últimos meses de guerra.
El templo parece más una iglesia católica que una sinagoga. Según nos explicó la guía, era por deseo de integración de la comunidad judía en el seno de la sociedad húngara, en un movimiento que se llamó neolog. También hay un órgano, que tocan los sábados. En el judaísmo ortodoxo está prohibido. Aquí lo resuelven poniendo a tocar a un cristiano. Bueno, la visita es muy interesante. Hay que visitarla. Los recuerdos de la época nazi te dejan sin palabras. Hay un árbol muy bonito, el Árbol de la Vida, donado por Tony Curtis, de origen judío, de Budapest.
Por el barrio judío encontramos el pub de la noche anterior, el Szimpla Kert. Por la mañana, al menos hoy domingo, es otra cosa totalmente distinta, hay un mercadillo de productores, hay fruta, paprika, quesos, además de la terraza para tomar cervezas. En una zona han preparado en una perola grande ratatuille (un pisto francés) con algún fin benéfico, y ya aprovechamos para comer, riquísimo.
Luego vamos a la Avenida Andrassy. la diseñaron en el siglo XIX para poder competir con París con la majestuosidad de sus bulevares. La avenida está declarada Patrimonio de la Humanidad. Tiene tres kilómetros y desemboca en el Parque Municipal o Városliget, a través de la Plaza de los Héroes que fue construida con motivo de las celebraciones del milenario de la llegada de las tribus magiares, en 1896 .
Antes de llegar a la Plaza de los Héroes están algunos de los edificios más bonitos de la ciudad (como el Teatro de la Ópera), algunos de los que tienen un pasado más oscuro (como la casa del Terror, que fue la sede de la policía secreta durante los años del comunismo y que ahora es un museo que explica las brutalidades de aquella época).
Llegamos a la Plaza de los Héroes. La verdad es que el paseo es agotador. Es una plaza muy monumental, presidida por las estatuas de los siete jefes de las tribus húngaras.
Entramos en el parque, el Parque Varosliget también conocido como Parque de la Ciudad. Hay una zona con edificios muy bonitos, está el Museo de la Agricultura y la estatua de Anonymus, entre otras cosas.
Desde aquí vamos al famoso Balneario Szechenyi. Parecía que nos íbamos a quedar con las ganas de entrar pero después de ver las piscinas, desde la entrada lateral en las taquillas se ven a través de unas ventanas, se nos quitaron las ganas. Son unas piscinas al aire libre llenas de gente pasando el domingo, para mi nada apetecible. Por supuesto que hay más cosas, tienen tratamientos, baños turcos... Tiene que ser una gozada estar en las piscinas exteriores en invierno con el agua a 38 grados.
El parque es un poco como el retiro de Madrid, es una zona de esparcimiento, un poco dominguero, con un lago con barcas, gente haciendo picnic, puestos de helados (lo más caro de todo Budapest, por cierto. Por un helado corriente tipo magnun nos pedían 4 euros nos fuimos, claro. Alucinante. Hay que decir que es el único sitio donde han intentado clavarnos).
Agotados cogemos el Metro, la línea 1 hasta Oktogon. El metro de Budapest fue el segundo metro de Europa, solo por detrás del de Londres, y desde 2002, la línea 1 es patrimonio de la humanidad. Esta línea se inauguró en 1.896 y la verdad es que parece que no ha pasado el tiempo. Estaciones pequeñas, trenes de otra época... Hay que visitar esta línea de metro, también por ver a los revisores de pie controlado a la entrada a ver sí validas el billete con cara de pocos amigos.Todo tiene aroma a antiguo.
Desde Oktogon andando al New York Café. Dicen que es el lugar más caro del país en el que tomar un café, tiene una decoración propia de un palacio real más que de una cafetería. El color dorado predomina en las columnas y los techos, decorados con frescos. Mientras un pianista, y de cuando en cuando un cuarteto cuerda, amenizan el local.
Parece que en el periodo entre las dos guerras mundiales fue el centro cultural más importante de toda la Europa central. Después cayo en desuso y ahora es un sitio lujoso, y lleno de turistas. Es curioso ver un sitio de este tipo, en el que pegaría ver damas y caballeros elegantemente vestidos y muy finos... lleno de gente con chanclas y cámaras fotográficas. Tomar un café son 6/7 euros, con un pastel o algo sube a la veintena. Lo más barato la cerveza, 5 €. Bueno, con la música se está un rato agradable descansando.
A casa a comer/merendar/cenar. Salimos hacia el Danubio. A buscar barco para dar un paseo por el Danubio. Nos pusimos en la primera cola, 9 euros. La compañía Dunayacht (tripadvisor). Yo no iba con muchas expectativas y fue fantástica. Estaba atardeciendo y terminó el recorrido de noche. Supongo que van actualizando los horarios con la puesta de sol. Se ve anochecer desde el barco, como se van encendiendo las luces hasta que es de noche y todo iluminado. primero Pasamos por el Parlamento apagado, a la vuelta, iluminado. Las fotos justo más abajo.
De verdad de Budapest iluminado de noche es una pasada. Tal vez, y no creo exagerar pueda ser la capital europea más bonita iluminada.
Después de bajar del barco fuimos andando hasta cruzar el Puente de las Cadenas hasta casi enfrente del Parlamento a disfrutar un poco más de esta maravilla ciudad y hacer alguna foto más.
El Puente de las Cadenas es una de las visitas imprescindibles de Budapest, es uno de los puentes más bonitos de Europa. Fue este el primer puente que unió de forma permanente las dos orillas del Danubio. Las une desde Pest (casi a la altura de la calle que da a la Basílica de San Esteban) hasta Buda, a pie de la estación inferior del funicular que sube a la colina del Castillo. El puente se destruyó a finales de la Segunda Guerra Mundial por orden de los alemanes, fue posteriormente reconstruido y se volvió a inaugurar en el año 1949.
De despedida, una cerveza y un vino en la terraza al lado del puente, la que está enfrente del castillo. En la del otro lada ponen una música muy machacona.
Recostados en una una hamaca es un sitio privilegiado, y tal vez de los más caros de Budapest, pero que no sería caro comparado con España, por ejemplo, en un sitio así.
Pasamos por el monumento a los caídos soviéticos en la guerra mundial. Allí oímos a un guía en español contar a un grupo que este fue el único monumento que se respetó de toda la iconografía soviética en la ciudad por exigencia rusa. Contaba que los budapesinos le llamaban "la cesta de la compra", porque al pasar le tiraban huevos, tomates o lo que tuvieran más a mano y siempre estaba lleno de basura.
Un poco más adelante, encontramos a un turista conocido supongo que con Nancy. En esta plaza esta la embajada de EEUU.
Ya de nuevo en el Parlamento, aprovechamos para visitar su WC y vamos por la orilla hasta encontrarnos con Los Zapatos. Esta escultura recuerda que entre diciembre de 1944 y fines de enero de 1945, la Cruz Flechada cogió a 20.000 judíos del gueto de Budapest, la zona conocida como barrio judío, y los fusiló a lo largo de las orillas del Danubio, arrojando los cuerpos al río, justo en esta zona.
Los zapatos en el Paseo del Danubio fueron realizados en 2005. Estos sesenta pares de zapatos de hierro solitarios, sin dueño, son una alegoría a lo que quedó de estos judíos asesinados y tirados a la corriente de agua por los nazis. Impresionante. Tomar conciencia de que estas cosas han pasado, y no hace tanto tiempo, deja un sabor amargo.
Seguimos con dificultad por la orilla, ya que el camino es malo. Es raro que no haya un buen paseo desde el centro hasta el Parlamento por la orilla del Danubio. Es un camino de tierra.
Salimos en cuanto podemos cruzar de nuevo hacia el centro hacia la Catedral de San Esteban. Al lado en una misma tienda compramos un par de regalos que nos faltaban y vamos a comer.
En la misma plaza nos sentamos en 0,75 Gastro Bar, el sitio es agradable, esta en sombra y corre un poco de aire. Vistas de la catedral y la gente que pasa, la mayoría turistas haciendo fotos. Que mejor sitio que este para tomar una sopa de goulash y unas ensaladas.
Ojo, que son las 12 y media. En Madrid para mi, casi sería la hora de desayunar, pero uno se hace a los horarios, y si es cuestión de comer y beber unas cervezas pues mejor aún.
A las dos hacia el metro en Derek Ferenc Ter. Desde el centro al aeropuerto el camino es fácil, linea 3 y transbordo al bus 200E hasta el aeropuerto, en total como 50 minutos. Y hasta la próxima. Chao.
El templo parece más una iglesia católica que una sinagoga. Según nos explicó la guía, era por deseo de integración de la comunidad judía en el seno de la sociedad húngara, en un movimiento que se llamó neolog. También hay un órgano, que tocan los sábados. En el judaísmo ortodoxo está prohibido. Aquí lo resuelven poniendo a tocar a un cristiano. Bueno, la visita es muy interesante. Hay que visitarla. Los recuerdos de la época nazi te dejan sin palabras. Hay un árbol muy bonito, el Árbol de la Vida, donado por Tony Curtis, de origen judío, de Budapest.
Por el barrio judío encontramos el pub de la noche anterior, el Szimpla Kert. Por la mañana, al menos hoy domingo, es otra cosa totalmente distinta, hay un mercadillo de productores, hay fruta, paprika, quesos, además de la terraza para tomar cervezas. En una zona han preparado en una perola grande ratatuille (un pisto francés) con algún fin benéfico, y ya aprovechamos para comer, riquísimo.
Luego vamos a la Avenida Andrassy. la diseñaron en el siglo XIX para poder competir con París con la majestuosidad de sus bulevares. La avenida está declarada Patrimonio de la Humanidad. Tiene tres kilómetros y desemboca en el Parque Municipal o Városliget, a través de la Plaza de los Héroes que fue construida con motivo de las celebraciones del milenario de la llegada de las tribus magiares, en 1896 .
Antes de llegar a la Plaza de los Héroes están algunos de los edificios más bonitos de la ciudad (como el Teatro de la Ópera), algunos de los que tienen un pasado más oscuro (como la casa del Terror, que fue la sede de la policía secreta durante los años del comunismo y que ahora es un museo que explica las brutalidades de aquella época).
Entramos en el parque, el Parque Varosliget también conocido como Parque de la Ciudad. Hay una zona con edificios muy bonitos, está el Museo de la Agricultura y la estatua de Anonymus, entre otras cosas.
Desde aquí vamos al famoso Balneario Szechenyi. Parecía que nos íbamos a quedar con las ganas de entrar pero después de ver las piscinas, desde la entrada lateral en las taquillas se ven a través de unas ventanas, se nos quitaron las ganas. Son unas piscinas al aire libre llenas de gente pasando el domingo, para mi nada apetecible. Por supuesto que hay más cosas, tienen tratamientos, baños turcos... Tiene que ser una gozada estar en las piscinas exteriores en invierno con el agua a 38 grados.
El parque es un poco como el retiro de Madrid, es una zona de esparcimiento, un poco dominguero, con un lago con barcas, gente haciendo picnic, puestos de helados (lo más caro de todo Budapest, por cierto. Por un helado corriente tipo magnun nos pedían 4 euros nos fuimos, claro. Alucinante. Hay que decir que es el único sitio donde han intentado clavarnos).
Agotados cogemos el Metro, la línea 1 hasta Oktogon. El metro de Budapest fue el segundo metro de Europa, solo por detrás del de Londres, y desde 2002, la línea 1 es patrimonio de la humanidad. Esta línea se inauguró en 1.896 y la verdad es que parece que no ha pasado el tiempo. Estaciones pequeñas, trenes de otra época... Hay que visitar esta línea de metro, también por ver a los revisores de pie controlado a la entrada a ver sí validas el billete con cara de pocos amigos.Todo tiene aroma a antiguo.
Desde Oktogon andando al New York Café. Dicen que es el lugar más caro del país en el que tomar un café, tiene una decoración propia de un palacio real más que de una cafetería. El color dorado predomina en las columnas y los techos, decorados con frescos. Mientras un pianista, y de cuando en cuando un cuarteto cuerda, amenizan el local.
Parece que en el periodo entre las dos guerras mundiales fue el centro cultural más importante de toda la Europa central. Después cayo en desuso y ahora es un sitio lujoso, y lleno de turistas. Es curioso ver un sitio de este tipo, en el que pegaría ver damas y caballeros elegantemente vestidos y muy finos... lleno de gente con chanclas y cámaras fotográficas. Tomar un café son 6/7 euros, con un pastel o algo sube a la veintena. Lo más barato la cerveza, 5 €. Bueno, con la música se está un rato agradable descansando.
A casa a comer/merendar/cenar. Salimos hacia el Danubio. A buscar barco para dar un paseo por el Danubio. Nos pusimos en la primera cola, 9 euros. La compañía Dunayacht (tripadvisor). Yo no iba con muchas expectativas y fue fantástica. Estaba atardeciendo y terminó el recorrido de noche. Supongo que van actualizando los horarios con la puesta de sol. Se ve anochecer desde el barco, como se van encendiendo las luces hasta que es de noche y todo iluminado. primero Pasamos por el Parlamento apagado, a la vuelta, iluminado. Las fotos justo más abajo.
De verdad de Budapest iluminado de noche es una pasada. Tal vez, y no creo exagerar pueda ser la capital europea más bonita iluminada.
Después de bajar del barco fuimos andando hasta cruzar el Puente de las Cadenas hasta casi enfrente del Parlamento a disfrutar un poco más de esta maravilla ciudad y hacer alguna foto más.
El Puente de las Cadenas es una de las visitas imprescindibles de Budapest, es uno de los puentes más bonitos de Europa. Fue este el primer puente que unió de forma permanente las dos orillas del Danubio. Las une desde Pest (casi a la altura de la calle que da a la Basílica de San Esteban) hasta Buda, a pie de la estación inferior del funicular que sube a la colina del Castillo. El puente se destruyó a finales de la Segunda Guerra Mundial por orden de los alemanes, fue posteriormente reconstruido y se volvió a inaugurar en el año 1949.
De despedida, una cerveza y un vino en la terraza al lado del puente, la que está enfrente del castillo. En la del otro lada ponen una música muy machacona.
Recostados en una una hamaca es un sitio privilegiado, y tal vez de los más caros de Budapest, pero que no sería caro comparado con España, por ejemplo, en un sitio así.
Lunes 19 de junio
Ultimo día, toca ir despidiéndose de esta ciudad. De las cosas que queríamos ver nos falta una, el monumento recordatorio de los judíos asesinados a orillas del Danubio. Dejamos el apartamento a las 10:15 y cargando con las maletas, menos mal que son pequeñas. Nos disponemos a aprovechar las ultimas horas. Vamos a atajando hacia el Parlamento y volvemos a pasar por la Plaza de la Libertad, donde el segundo día estaba la feria de la cerveza. En esta plaza estaba la fuente en la acera con chorros de agua y haciendo calor se hace imprescindible hacer un poco el tonto como excusa para refrescarse un poco.Pasamos por el monumento a los caídos soviéticos en la guerra mundial. Allí oímos a un guía en español contar a un grupo que este fue el único monumento que se respetó de toda la iconografía soviética en la ciudad por exigencia rusa. Contaba que los budapesinos le llamaban "la cesta de la compra", porque al pasar le tiraban huevos, tomates o lo que tuvieran más a mano y siempre estaba lleno de basura.
Un poco más adelante, encontramos a un turista conocido supongo que con Nancy. En esta plaza esta la embajada de EEUU.
Ya de nuevo en el Parlamento, aprovechamos para visitar su WC y vamos por la orilla hasta encontrarnos con Los Zapatos. Esta escultura recuerda que entre diciembre de 1944 y fines de enero de 1945, la Cruz Flechada cogió a 20.000 judíos del gueto de Budapest, la zona conocida como barrio judío, y los fusiló a lo largo de las orillas del Danubio, arrojando los cuerpos al río, justo en esta zona.
Los zapatos en el Paseo del Danubio fueron realizados en 2005. Estos sesenta pares de zapatos de hierro solitarios, sin dueño, son una alegoría a lo que quedó de estos judíos asesinados y tirados a la corriente de agua por los nazis. Impresionante. Tomar conciencia de que estas cosas han pasado, y no hace tanto tiempo, deja un sabor amargo.
Seguimos con dificultad por la orilla, ya que el camino es malo. Es raro que no haya un buen paseo desde el centro hasta el Parlamento por la orilla del Danubio. Es un camino de tierra.
Salimos en cuanto podemos cruzar de nuevo hacia el centro hacia la Catedral de San Esteban. Al lado en una misma tienda compramos un par de regalos que nos faltaban y vamos a comer.
En la misma plaza nos sentamos en 0,75 Gastro Bar, el sitio es agradable, esta en sombra y corre un poco de aire. Vistas de la catedral y la gente que pasa, la mayoría turistas haciendo fotos. Que mejor sitio que este para tomar una sopa de goulash y unas ensaladas.
Ojo, que son las 12 y media. En Madrid para mi, casi sería la hora de desayunar, pero uno se hace a los horarios, y si es cuestión de comer y beber unas cervezas pues mejor aún.
A las dos hacia el metro en Derek Ferenc Ter. Desde el centro al aeropuerto el camino es fácil, linea 3 y transbordo al bus 200E hasta el aeropuerto, en total como 50 minutos. Y hasta la próxima. Chao.
RECOMENDACIONES Y NOTAS
Fotos: Aquí están todas las fotos de Bratislava y de Budapest.Que nos ha faltado de ver. Pues varias cosas que recuerde. La Ciudadela, que es el punto más alto de Budapest. Fue construida en 1854 por los Habsburgo como edificio de vigilancia. Hay miradores, un restaurante, unos puestos a modo de mercadillo y el edificio de la fortaleza. Se puede subir en bus o andando desde el Puente de Elisabeth. Nos pillo siempre muy a trasmano y las críticas tampoco eran espectaculares, para otra vez. El Memento Park, es un parque dónde hay una buena colección de estatuas de la época comunista. Está alejado del centro. Obuda. En Óbuda se han encontrado asentamientos que datan de la Edad de Piedra. Aquí los romanos construyeron Aquincum, la capital de la provincia de Panonia. El 1 de enero de 1873 se unió a Buda y a Pest para formar Budapest. Parece que es barrio tranquilo, poco turístico y que merece la pena ver si se dispone de tiempo.
Que no me perdería por nada del mundo si voy a Budapest. El Parlamento, iluminado y sin iluminar, la mejor perspectiva es desde el Bastión de los Pescadores, también enfrente del propio edificio, a lo largo de la orilla del Danubio. En Buda la Iglesia de Matías. Subir a la Torre de la Catedral San Esteban. El paseo en barco al anochecer. Disfrutar del ambiente en el barrio judío. De elegir un pub el Szimpla Kert. La gran Sinagoga. Todo Budapest iluminado por la noche, tal vez el sitio más bonito sea alrededor del Puente de las Cadenas. El goulash.
El transporte público funciona bien, es bastante rápido, al menos el tranvía y el metro en horas centrales. También es cómodo porque está muy cerca la calle del andén, las estaciones que conozco en un tramo de escaleras ya estaba el anden. Los billetes se sacan en máquinas antes de entrar en los andenes. En estos hay unas máquinas, tipo tótem donde se mete el billete para valorarlo. Controlando suele haber un par de revisores con cara de pocos amigos. El billete sencillo sólo vale para un trayecto en una línea, para cambiar de línea de metro o pasar de metro a autobús hay un billete llamado transfer. Hay la posibilidad de comprar 10 billetes con un ahorro de unos 50 florines por billete. Cada billete individual cuesta 250 florines (un euro son 300). Para ir al aeropuerto en trasporte público hay que usar dos billetes, uno para el metro y otro para el bus.
Si el alojamiento es céntrico, como nuestro caso, no es necesario las tarjetas de 24 horas o más días. Puede ser útil el transporte público para recorrer la avenida Andrassy hasta la plaza de los héroes, son 2,5 kilómetros de calle. Es recomendable coger el tranvía 2, que recorre la orilla del Danubio por el lado de Pest y permite llegar desde el puente Ersebeth hasta la isla Margarita. Tal vez para acercarse una noche al Bastión de los Pescadores, ida o vuelta para evitar cansarse mucho… para subir a la Ciudadela… para ir a las ruinas romanas de Obuda…. Y sobre todo para ir al parque de la memoria que es lo más alejado, nosotros no fuimos. Pero como he dicho, si el alojamiento es céntrico y las piernas funcionan es una ciudad agradable para pasear. Si el alojamiento no está en el centro es imprescindible el uso del transporte ya que es una ciudad grande.
El trafico. Hay bastante tráfico pero es muy respetuoso con los peatones y señales. Los coches se paran en los pasos de cebra. Hay algunos sitios complicados para cruzar, como en las cercanías del Puente de las Cadenas, que hay que andar mucho para cruzar bien. También es la única ciudad, donde por noches hemos visto y oído coches hacer barbaridades aprovechando la escasez de trafico. Generalmente coches de alta gama.
Comidas. La comida está buena, algo más espaciada y picante que la nuestra pero nada exagerado salvo que pidamos algo especialmente picante. El pescado no existe. Sólo algunos peces de agua dulce, como la carpa. En el anterior viaje a Budapest, hace 25 años, comimos carpa, y estaba francamente mala. Podemos esperar unos días a comer una buena merluza en casa.
El goulash tan famoso de Hungría es una sopa, se come con pan ya que es contundente, con los trozos, pequeños, de carne y patata. Esta muy sabrosa y rica. Los horarios son europeos, sin embargo en la zona centro se puede comer y cenar casi a cualquier hora. La cocina cierran entre 10 y media y 11 de la noche. Luego hay sitios que cierran más tarde tipo comida rápida, hamburguesas y trozos de pizza y esas cosas. Los restaurantes, algunos pueden tener la cocina cerrada entre 4 y 6 de las tarde, el resto, desde las 11 de la mañana se puede comer. Los precios son muy asequibles. El menú del día, en la zona centro puede andar por 8/10 euros. Hay menús más baratos, pero hay que alejarse un poco del centro.
Propinas. Lo normal es dejar propina salvo que esté indicado en la factura que está incluida. Como en Alemania el dinero no se deja nunca sobre la mesa, se considera de mala educación, sino que se le dice al camarero cuánto se desea pagar en total. En algún caso, nos mostraban la terminal de pago con tarjeta para pulsar la tecla correspondiente a la propina elegida de entre tres opciones, un 5, 10 o 15 %.
La moneda. Pues es un rollo que no tengan el euro pero no es un drama. Hay casas de cambio por todo el centro. Se puede pagar con tarjeta en todas partes, incluso compras de menos de 10 euros y aceptan euros de forma generalizada aunque apliquen peor cambio, claro. Pero en algunos era muy razonable. Es mejor ir justo de Florines y pagar con tarjeta o pagar algo en euros que tener que hacer otro cambio a euros, dos veces comisiones.
WIFI. Hay wifi en todas partes, no he visto restaurante, pub... que no tenga. hasta por la calle se cogen algunas libres.
Turistas. Muchos, pero al ser una ciudad grande están repartidos, en junio no agobia la presencia de turistas en los sitios más turísticos.
Wizz air. Compañía de bajo coste de libro. El único equipaje gratis es una mochila o bolso pequeño. Al comprar los billetes de avión hay que fijarse bien y seleccionar la maleta que se vaya a llevar y pagar lo que sea. Te pueden hacer pagar 45 euros por la maleta allí mismo, hablamos de maleta pequeña, la que es gratis con otras compañías como Ryanair
Los Pubs. Molan. Hay de todo, sitios tranquilos donde tocan el piano en directo, hasta sitios mas tipo disco con música horrenda. Pero lo bueno es que no está excesivamente alta. Los precios son baratos. En un pub puede estar por 2 € la pinta de cerveza. Como mucho he pagado 3€.
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