jueves, 22 de junio de 2017

Bratislava. Junio 17

Esta visita a Bratislava forma parte de un viaje para conocer esta ciudad y recordar Budapest. El orden lógico es leer esta parte y luego la entrada en el blog de Budapest.

Llegamos a Bratislava por la tarde, como a las ocho. Desde el Aeropuerto se coge el autobús 61 hasta Hlavná Stanica, osea la estación central de tren. Desde esta, parten muchos autobuses, sin embargo en 20 minutos andando, y empezando a tomar el pulso a esta ciudad, se llega al centro. Más fácil que andar buscando combinaciones y localizando los buses. En Eslovaquia la moneda es el euro. Así que preocupándose de llevar unas monedas sueltas para comprar los billetes para los primeros transportes en las maquinas expendedoras todo listo.

El apartamento era Historical Old Town Apartment, en Strakova 3,en el mismo centro de Bratislava. El precio estaba bien, 135 euros las dos noches y el apartamento y su ubicación excelente. Justo la calle a la derecha en la imagen de abajo. El eje central del casco histórico.
Por la noche vuelta de contacto, no mucho ambiente, las terrazas y restaurantes casi vacíos, pero hay que tener en cuenta que era lunes. Al final comimos unas pizza muy buenas en Urban House, tipo gastrobar con una terraza estupenda y un interior decorado en plan librería, muy acogedor. Casi lo olvido, y buenas cervezas. Es la calle central, Laurinská, prolongación de Strakova, así que se palpa muy bien el ambiente en esta calle bien acomodado en la terraza. La foto de abajo es de esta calle pero el día siguiente por la mañana.
A la mañana siguiente, desayuno en Mondieu, en la calle Panska. Además del café pedimos unas tostas con aguacate y más cosas, riquísimas. Casi que ya no nos hacia falta comer.
Se nota mucho que cuidan mucho la presentación y el trato al cliente. Muy buena atención en estos y resto de sitios que estuvimos. Algo que no había visto en ningún sitio, nada más sentarte a la mesa te ponen una jarra de agua y vasos, sin pedirlo, y ocurrió en todos los que estuvimos, incluso aunque vayas a tomar una cerveza. Un detalle.
Luego paseo por el centro. Bratislava se recorre bien en un día. El centro histórico es pequeño y no tiene muchos monumentos que ver. Lo mejor disfrutar de una día relajado disfrutando de esta ciudad tranquila. El centro queda delimitado por las calles Namestie, Sturova, Staromestka y el Danubio.

Sobre el llamado arte urbano, nada destacable. Tal vez la ciudad que he visto con menos grafitis. Una paréz de una casona antigua tenía pintadas las ventanas muy bonitas.
No he dicho que  Bratislava es la capital de Eslovaquia, que ha vivido dos guerras mundiales, el horror del nazismo y unos cuantos años de comunismo. Un país muy joven que hasta 1993 perteneció a la antigua Checoslovaquia y que en 2004 comenzó a formar parte de la Unión Europea. Otra curiosidad es que es la única capital del mundo que tiene frontera con dos países (Austria y Hungría).
Las calles principales son Venturska, Panska y Lurinska, y alrededor de Hlavne Namestie (la plaza central o mayor). Como he dicho es fácil recorrer toda la zona en una mañana.
Al centro desde el norte se accede por la Puerta de San Miguel, la única puerta que se conserva de las fortificaciones medievales que rodeaban la ciudad. Es uno de los edificios más antiguos de Bratislava (fue construida sobre el 1300). En la foto siguiente, el arco de la derecha.


Hacia el castillo nos encontramos con los restos de las murallas, no es gran cosa pero merece la pena un vistazo que no lleva mucho tiempo. Desde estas, y cruzando un puente sobre la avenida Staromestka, se tienen buenas vistas del artefacto conocido como ONVI. Es un disco con forma de platillo volante ubicado en una columna en lo alto de la orilla derecha del Danubio, a 80 metros de altura. Se trata de una plataforma que alberga un restaurante giratorio (parece que bastante caro) y desde el cual se pueden disfrutar de buenas vistas de Bratislava. Es lo único destacable de la arquitectura comunista, además de los feos bloques de viviendas de los extrarradios.

En la foto inferior se observa la avenida Staromestka, el OVNI y la Catedral de San Martín.
Cruzan al otra lado de la avenida llegamos al Castillo de Bratislava, la imagen más conocida de la ciudad. Ahora el castillo es una de las sedes del Museo Nacional Eslovaco y es dónde se reúne la Asamblea Nacional de la República Eslovaca. Parece que desde la torre del castillo, de 86 metros, se pueden contemplar una de las mejores vistas de la ciudad. Nosotros no hemos subido, hemos dado una vuelta por los jardines desde donde se contemplan también buenas vistas de la ciudad, sobre todo del Danubio y del OVNI.


Después de visitar todo esto bien se merece una cervecita en una terraza al lado de la Catedral. Esta zona es muy tranquila y agradable.
Solo turistas esporádicos. Se ven casas algo más estropeadas y también otras más señoriales. Es la zona de embajadas. Aquí nos encontramos la de España.

Por dentro o por fuera, la Catedral de San Martín es uno de los mejores lugares que ver en Bratislava. Justo debajo del castillo y junto a los pocos restos que nos han llegado de las antiguas murallas, esta iglesia es una de las más antiguas de la ciudad y el lugar donde se celebraban las coronaciones del Reino de Hungría entre 1563 y 1830. 
Uno de los monumentos que más nos han gustado de esta ciudad es la Iglesia Azul. Pertenece al estilo art nouveau y su diseñador fue el arquitecto húngaro Ödön Lechner, uno de los creadores más famosos de este estilo en Budapest. Se construyó entre los años 1909 y 1913 y está dedicado a Santa Isabel de Hungría. Sencillamente preciosa, por fuera y por dentro.


Otro interés de Bratisla son las esculturas. Man at Work en Laurinská, el Soldado napoleónico y el simpático Schöne Naci que siempre se quitaba el sombrero de copa para saludar a las damas a principios del siglo XX (estas dos en la Hlavne Namestie) y otras más nos sorprenden a cada rincón.

, Hans Christian Andersen. Visitar Bratislava y no ver sus célebres esculturas callejeras es casi misión imposible. Así que abre bien los ojos y saluda al famoso Cumil o “Man at work”) que se asoma por una alcantarilla, hazte una foto junto al soldado napoleónico que hay en la plaza Hlavne Namestie, admira la efigie d, posa junto al soldado en su garita y, por supuesto, admira los detalles de la escultura que Bratislava le dedicó a Hans Christian Andersen, el escritor de cuentos como “La Sirenita”.



La Hlavne Namestie. Esta es como la plaza mayor. Es un punto de encuentro y lugar de celebraciones que destaca por la bonita Fuente de Maximiliano (en honor al primer emperador coronado en la ciudad). En uno de sus extrememos hay dos preciosos edificios de estilo modernista. Ambos tienen en sus plantas bajas dos de las cafeterías y restaurantes más conocidas de Bratislava.

En la plaza central podemos admirar el Ayuntamiento Viejo de Bratislava (o Stara Radnica). Su aspecto exterior es delicado, compacto y elegante, coronado por una Torre del Reloj imponente, con el tejado de colores y con un delicioso patio interior cuyas puertas están protegidas por animales míticos como dragones o murciélagos, cuya función era ahuyentar a los malos espíritus y proteger el espacio. Los orígenes del Ayuntamiento Viejo de Bratislava son del siglo XIV, pero fue evolucionando con el tiempo hasta llegar a su coqueto aspecto actual.
No es infrecuente encontrarse con indigentes. Casi sería una novedad que no hubiera en una capital europea. Todo lo que hemos visto y paseado es el centro histórico y turístico. Merece la pena salir de estas calles para "ver" la ciudad "real", las tiendas, los supermercados, el estado de los edificios no tan bonitos. Saliendo de este centro mágico hay otra ciudad distinta pero más autentica. Los precios son mucho más baratos, los camareros hablan menos inglés y se percibe un nivel de vida más bajo que el "turístico". Aunque no sea tan bonito merece la pena una escapada fuera del centro.

A cenar fuimos a un sitio que nos encantó, el Slovak Pub, está fuera del centro, a no más de un paseo agradable. En este blog he encontrado una referencia muy extensa. Más datos en Tripadvisor. Si vuelvo a Bratislava vuelvo a este sitio seguro. Hay turistas pero es más eslovaco, ayuda que esté un poco alejado del centro. Aquí probé la famosa sopa de ajo que ponen en un pan, que rica.

Después de un paseo terminamos de nuevo en el Urban House. Una buena cerveza. Está mucho más animado que la primera noche.

A la mañana siguiente, vamos a la estación de autobuses, 20 minutos andando tranquilamente en dirección este, lo que nos permite ver otras partes de la ciudad.
Y partimos a Budapest a las 13:30, más o menos (el bus llego con retraso de casí media hora). En la siguiente entrada del blog lo cuento.

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